jueves, 2 de mayo de 2013

Carta al Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama.

Carta al Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama.
Por Gloria Bolaños

Señor Presidente:

Usted sabe que soy una republicana por convicción. Le escribí antes y yo sabía que no recibiría su respuesta, ya sea porque algunos de los que le rodea, margina a los republicanos, o son racistas. Y por ser yo blanca y no del partido demócrata, mi escrito que publiqué fue por ellos tirado a la basura. Hoy vuelvo a escribir, quizá tenga suerte y llegue a sus manos esta carta. Pues a veces los negros creen que los blancos son sus enemigos, ¿y sabe? No es verdad. Aquí estoy yo, que cada rato me visitan negros, les hago favores cuando me los piden y los amo, son hijos de Dios también. Hay negros malos y buenos, al igual que los hay blancos, pero en fin, voy a dictarle a mi secretario negro esta carta que va dirigida a usted, con el respeto que siempre tengo para un Presidente de los Estados Unidos de América, sea republicano, sea negro, blanco o demócrata.
Señor presidente de esta gran Nación, la cual amo, por favor no tenga piedad para quienes desean ver a este país como un trapo viejo sin respeto alguno siente precedentes y cada día que pasa que es de veinte cuatro (24) horas, parece que esas horas se regaran como pólvora de lodo mundial para esta pobre Nación. Pues la prensa se encarga de publicar el desastre que ocurrió y es éxito para la mafia de corruptos, de asesinos de los destructores de prestigio de esta Nación.
Pero si usted ordena que la misma cantidad de pólvora se desparrame en prensa, respecto al castigo que implantará al que se atreva nuevamente hacer algo negativo, como faltar el respeto a esta Nación. Al que se le encuentre en actos terroristas, será llevado a la silla eléctrica sin tener juicio señor presidente, ¿por qué no? Son seres que vienen a quitar la paz de este pueblo sufrido, el que trabaja incansablemente y paga sus impuestos, para que muchas veces ese dinero sirva para salvar vidas aun en países enemigos, eso no es justo. Mire bien esa constitución tan antigua. Ya no se hable de tanta democracia siendo esta la que obliga a actuar con leyes que solo llevan a las cortes a estos hombres que se dan el lujo de tener abogados que los defiendan de las fechorías que han hecho.
Abogados que a veces son pagados, bien pagados por la mafia y sin ellos saberlo. Pero el dinero es dinero, y ellos pelean y defienden. Ironía, estas serpientes asesinas no deberían tener abogados representantes de sus crimines.
No me crea dictadora, mire la justicia de Dios, lea las sagradas escrituras que el dejó como muestra. No sé cuál Biblia lee usted, pero el Padre Nuestro, el único que gobierna arriba y al que usted y todos le daremos cuenta de nuestros actos cuando nos marchemos de esta tierra y volvamos de donde vinimos le va a preguntar a usted ¿qué hizo con este país? Y no podrá contestar que usted aplicó democracia y que por eso no mató a quien no merecía vivir. Eso de que la vida solo la quita Dios es falso. Dios tiene sus hijos y les da poder, no para que mientan, no para que practiquen la democracia, no señor. Da poder simplemente para que los pueblos disfruten de paz y esa paz no se puede tener en Estados Unidos de América mientras exista esta clase de culebras que hay que matarlas y no considerarlas señor presidente.
Por favor pare de implantar la democracia para estos casos. Dele paz a este pueblo, lo merece, no aparezca usted en el futuro como consentidor de las acciones que toman los mismos que entraron a destruir nuestras torres bellas el 11 de Septiembre. Aplique leyes, hable con el congreso. Cambie esa Constitución más antigua que Matusalén. Recuérdele al vulgo que Jesús mato a miles. Recuérdeles como fue cuando el entró al templo de su padre, el que habían vuelto los mercaderes un mercado. Jesús tomo un chicote y empezó a pegar y botar todo. Pero en ese tiempo había chicotes no armas de fuego, pero si hubiera sido en esta época, ¿a cuántos hubiera matado Jesús? Pues en lugar de chicotes hubiera existido por lo menos un arma ¿no cree señor Presidente? Exponga el ejemplo de la plaga que Dios envió y todos murieron, solo los sanos de alma se salvaron, pues había una cruz de sangre en cada puerta de los buenos y allí no entró la plaga. Loto desobedeció y volteó a ver la furia del Señor, y él la castigó volviéndola en piedra de sal.
Señor Presidente, yo viví en Santo Domingo, fui invitada por el General Simón Trujillo y usted y yo sabemos que él era dictador, pero con justicia. En ese país no había cárceles, la gente vivía como vive una reina, había trabajo, comida barata, alegría, el pueblo no tenía armas. Había muerte para quien profanara ese suelo, robara, violara, entrara drogas, violara la ley, y escupiera la bandera. Viera que bello, y ahora vea lo que es, un pobre país, pero se habla de democracia. ¿Que nos espera Señor Presidente?

Gloria Bolaños Pons

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